El catastro, en su definición más amplia, es el inventario de los bienes inmuebles de una determinada región o país. Tal definición supone la determinación de la forma y ubicación de cada inmueble (cartografía), el establecimientos de la relación jurídica entre el lote y el que lo posee y la valoración del inmueble. En sus inicios, el catastro estaba destinado fundamentalmente a la recaudación de impuestos, para lo cual era importante tener en cuenta el tamaño de la unidad predial y su valor relativo. El desarrollo de la cartografía permitió la elaboración de mapas cada vez más precisos y ricos, con lo que devinieron en instrumentos importantísimos de planificación urbana.
El avance vertiginoso de los instrumentos de medición (topografía), de la capacidad de cómputo y de los medios de almacenamiento masivo de información ha permitido el desarrollo de modelos digitales de las ciudades y la asociación de gran cantidad de información relativa en Sistemas de Información Geográfica (SIG) que se convierten en una poderosa herramienta para la planificación urbana, facilitándole al ciudadano la gestión de sus trámites ante el municipio.
